Hacía un buen rato que quería encontrarme con Gabriel. Si bien ya había visto su trabajo y lo venía siguiendo, lo conocí personalmente cuando hicimos las fotos del cuadro que él pintó para Lisandro Aristimuño. La idea era hacer un video animado de su cuadro para el tema «Pozo» de Lisandro, así que mi trabajo consistió en fotografiar el cuadro completo y luego parte por parte y darle el material a Nati García que se encargó de la animación.
En ese momento no hubo tiempo para conversar mucho, pero la idea siguió en mi mente.
Tiempo después estaba por Belgrano, esperando a que me abra las puertas del taller donde él estaba dando clases. Mucho verde, rincones mágicos y muy buena luz.
Mate de por medio comenzó la charla.
J- Por qué la pintura? cómo fue llegando?
Gabriel: –Yo tengo una teoría, que es que hay algo genético que se transmite. Mi vieja estudió bellas artes en contra de todo lo que la sociedad del momento imponía. Mi abuelo, su padre, era albañil y pintor de obra, y dejó murales pintados en su casa. Él con mucho esfuerzo le pagó la carrera pero a 3 meses de terminar no pudo pagar mas y no terminó. Mi viejo también, todo de forma autodidacta. Creo que por ahí puede venir.
Yo a los 2 años dibujaba, era mi entretenimiento, mi juego. Tengo el recuerdo de que el papel blanco me encantaba, no me daba miedo, me encantaba. Y siempre me apoyaron para poder hacerlo. Me sentía estimulado en lo que hacía, me daban materiales, aliento, etc.
Luego me tocaba hacer los pizarrones y dibujos de San Martín y demás cosas en la escuela, y con tal de faltar a clase, hacía todos los detalles y me salvaba de las otras materias.
J- En qué momento decidiste dedicarte?
G –En la primaria yo decía que “iba a ser pintor”. Los padres de mis compañeros, al contrario que los míos, me decían que me iba a morir de hambre, entonces empecé a decir otra cosa: cada vez que iba a la casa de mis compañeros y los padres preguntaban, decía “voy a ser abogado”, y todos decían “qué bien”, entonces me ahorraba los comentarios. Luego me dediqué al deporte y dejé el arte relegado y a los 20 años me fui a Bariloche a trabajar de maestro mayor de obra en la concesión de la ruta de Bariloche a El Bolsón. Estábamos en naturaleza virgen y eso me rompió la cabeza. Entonces me empecé a sensibilizar con ese mundo. Volví a Buenos Aires y ya a los 28 años me compré materiales de pintura con una indemnización que había recibido. En ese momento estaba en un conservatorio de música estudiando, y me dí cuenta que en un año y medio lo que hacía era terminar los ejercicios de música lo mas rápido posible para empezar a pintar.
Entonces dejé y conseguí una beca con Guillermo Roux , ahí empecé a tener conocimientos mas de escuela, hasta ese entonces era todo autodidacta. Él me becó para poder seguir estudiando. Lo hice hasta que me volví al sur y seguía pintando allí, al aire libre, y cada tanto volvía a Buenos Aires y le traía los trabajos para que los vea. Hasta que un profesor me dijo que si quería una “carrera profesional” tenía que mudarme a una ciudad grande y en 2002 me volví a Buenos Aires; estaba sin trabajo y sin plata.
Pero no desististe…
G-No, porque pensaba que era el “ultimo guiño de la vida” y que no podía dejar pasar el tren. Fue una especie de impulso inconsciente. Hoy estoy agradecido. Dejé todo en el sur y me vine a capital a pelearla. Seguí adelante y ahí se fueron dando las casualidades y conexiones que fueron permitiendo que empiece a vivir de la pintura.
El Reconocimiento
G-Mandé una obra a un concurso y saqué un segundo premio, eso te afirma, te ayuda a ver donde estás parado.
Entonces mandé al Salón Nacional y quedé seleccionado entre miles de personas. Ahí sentí que “se puede”, que algo hay que me da la posibilidad de estar allí.
Yo vendía en una feria en la calle, me iba bien, entonces un art dealer me invitó a trabajar con él pero debía dejar de trabajar en la feria. Y ahí se empezó a mover. Luego me llevaron a una galería a hacer una muestra y se vendió todo en 2 dias. Y pasé de jugar en un equipo de la C a River y hacer tres goles!. Esto fue importante pero no sólo a nivel monetario, sino mas bien a ver la aceptación de mi trabajo. Eso es lo que me motivó a seguir.
J- En una entrevista a Tute, él muestra en su estudio que tiene un cuadro tuyo en la pared, ¿qué te genera eso?
G- Estamos en un mundo de interés; hay un libro que se llama “como ganar amigos e influir en las personas” , y lo tengo porque es increíble como supuestamente tenes que actuar para sacar una tajada. Entonces ves un «tip» donde te dice que si repetís el nombre de la persona todo el tiempo podes influir en él. Todo el tiempo hay un interés material, pero cuando alguien habla de algo que vos haces y no de vos, es genial. En el caso de Tute, él habla de algo que vos hiciste y que lo sensibilizó, lo hace sin interés y no tiene nada que ver con lo material.
El proceso
G –Yo empiezo a pintar y salen cosas, pero trato de cuidar que entra en mi cabeza.
Por ejemplo no miro noticieros, casi no miro televisión, salvo algún documental de canal encuentro o canal A. Lo mismo con el cine. Voy eligiendo según los estímulos que quiero para un cuadro. Desde el guión a la estética. Mi pintura no tiene que ver con lo agresivo o lo desagradable. No me interesa alimentar esa parte del mundo, ya lo hacen otros. A mi me parece que hay que buscar cierta poética, cierta belleza en algo que sume positivamente.
J- En tu pintura prima el tema de la Naturaleza, ¿por qué?
G-Viene por una relación distante del hombre moderno. En general se vive en ciudades. La gente que vive en pueblo se quiere mudar a la ciudad y el de la ciudad a otra mas grande.
Estamos escindidos, mi abuela le pedía a la tana de al lado que le corte el cogote a su gallina porque mi abuela no sabía. Luego la hervía para limpiarla y hacer el puchero. Eso no pasa mas, la distancia nuestra con la naturaleza es cada vez mayor. Ahora para un nene la gallina o el pollo es un cuerpo que viene en un nylon, pero no lo relaciona. La vaca es una milanesa y hay una desconexión. La madera y el árbol, todo desconectado, no vemos el proceso.
Entonces mi pintura es como una especie de retorno absurdo, una añoranza.
A mi me gusta pintar eso, por ahora, aunque también me gusta pintar las escenas urbanas o las piedras. Me encanta dormir siestas en huecos entre piedras, tocarlas y luego pintarlas.
Hoy en día, mas que añorar eso, se añora una alfombra mas mullida, algo mas sintético y menos natural, no es que esté mal, simplemente que pasa. Mas allá de que lo muestro en mi trabajo y de esa añoranza yo no mataría la gallina ni sembraría mi propia comida, no soy así de idealista. Porque para eso tenes que dedicar el día completo, es vivir para el sustento.
Yo no estoy dispuesto a hacer eso.
Las Influencias
J-Alguna influencia en particular?
G-En realidad le copio a un vecino que es muy tímido y no muestra su trabajo (risas)
Bueno, cuando te formas tenes una marcada influencia. Tomás de un montón y cuando vas cambiando de edad vas cambiando de gusto. En los 80 muchos amábamos al surrealismo y a Dalí. Luego cuando te vas metiendo mas y mas en la pintura, y cuando la ejercés, vas cambiando de gusto.
Hace ya un tiempo que lo que mas me conmueve es la pintura figurativa. Estamos en un momento donde en argentina no hay donde estudiar eso, ya no existe la figuración como carrera en Argentina. Hoy es casi la vanguardia de lo atrás que se quedó, paradójicamente. Los pintores que a mi me gustan son esos, admiro que hoy en día se trabaje así, por ejemplo Antonio Lopez en España, Claudio Bravo de Chile, etc. Hay miles de influencias, no es directa, pero es interesante ver en qué se enfocan y cómo respetan el matiz de la pintura.
Qué se siente ser autodidacta?
G- Tuve un tiempo donde tenía un complejo con el tema de ser autodidacta y no haber “estudiado”. Luego se me fue pasando.
Tenés un método para trabajar?
G- No tengo, voy pintando sobre el lienzo. A veces trabajo con imágenes desde la computadora y a veces con el natural. En general trabajo varias cosas a la vez y voy pintando según las ganas del día, y a veces empiezo otra mas.
Si cocinás de arrebatado porque tenes hambre, podes poner el fuego mas fuerte y comer antes pero la comida no va a ser buena ni rica, te sacás el hambre y nada más. Pero si queres comer rico y bien, necesitas tiempo.
Si arrebatás la pintura, por querer terminarla, se termina, pero se rebata; pero si tenes paciencia la cosa sale mejor, no hay que apurarla. No podes pretender que la flor salga en Invierno, esperá a la primavera.
Tengo obras que llevan años, y algunas que aún no las terminé, tienen varios años ahí, esperando. Y está bien, porque hoy no tengo la capacidad para terminarla, la continuaré mas adelante o quedará allí asi, y está bien.
En la pintura sos el arquitecto y el albañil, hay etapas para planearla donde serías como el “arquitecto” y etapas para ponerte a trabajar de albañil. Hay que respetar esos tiempos.
Talleres
G- Los doy por las ganas de estar cara a cara con mis pares. Estar frente a una persona y resolver cuestiones prácticas. Dejar de mirarme el ombligo o estar encerrado en mi obra todo el tiempo. Lo hago para mí, me gusta mucho. Yo trato de darles las herramientas para que pinten con su “voz”, no que me imiten o influenciarlos.
La obra con Lisandro Aristimuño
G- El cuadro fue para él. Lisandro me pidió para hacer la tapa del disco. Fue un largo proceso. Hubieron muchos cuadros que los dejé porque él iba cambiando de idea.
Así aparecieron personajes creados por Lisandro y otros propuestos por mi. Durante un año estuve en este proceso, y escuchaba el disco cada día durante un año, para tener ese clima y poder pintar el cuadro con esa profundidad. Fue un proceso interesante, considero que para mi esa era la manera de ser honesto con lo que estaba haciendo. La música es algo que te cambia el ánimo para todo. Así que la nube que me rodeó eran esos demos del disco durante un año.
Fue un arduo proceso de los dos, mostrándole las novedades, los cuadros, hasta llegar al trabajo final.
El Feedback
G –Mucha gente piensa que no puede opinar porque no sabe de pintura. Cuando en realidad es simple: “te gusta o no te gusta”. Todos sin saber leer una partitura podemos decir si nos gusta o no una canción, por qué no hacerlo con la pintura?.
Los mensajes que recibo, e-mails, preguntas para vender obra en el exterior, los comentarios en las exhibiciones (como el palais de glace) y lo que le pasa a la gente con los cuadros es conmovedor, leer lo que le generó a alguien una pintura. es motivante, me hace mucho bien.
Cuando uno está pintando está en su cueva, en pijama y pantuflas pintando, mientras un nene tuyo te dice “papá tengo hambre”, estas en otra sintonía. Entonces que ese cuadro salga a una muestra y luego te llegue un correo con un comentario es genial, porque alguien que no te conoce siente algo con esa pintura y se tome el trabajo de escribirte para contarte eso que sintieron. La vida del pintor es diferente, por ejemplo un músico sale a tocar en vivo y recibe la energía en el momento, pero al pintor eso no le pasa.
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